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Construir en esta zona comercial de Gandía con una ubicación y volumetrías
determinadas implica adaptarse a unos condicionantes no cuestionables.
Pero dentro de este envoltorio definido, el aire comienza a penetrar, separar
y articular.
Una estructura visible y variante cromáticamente lo dibuja, lo sostiene
(tenso) y lo deja traspasar (fluido).
Este aire por el nivel de acceso, penetra y conforma el espacio de relación
que une y da continuidad a todas las manzanas del plan parcial.
El deseo es conseguir una imagen homogénea de un único edificio vibrante. Se trata de una seriación repetitiva de elementos modificados geométricamente
que "velan" cada uno de los futuros edificios comerciales, ofreciendo
distintas gamas cromáticas según la dirección que el paseante tome. |
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La gama cromática de 280 colores distintos que se aprecia en una de las caras
de cada pieza conformada expresa la diversidad del lugar y de una población
variopinta que en estaciones estivales triplican a la censada en esta ciudad.
Esta piel "absorbe" toda esta miscelánea y la expone a la ciudad como si de
una galería a gran escala se tratase.
Como sucede en las hojas de los árboles, la fachada ofrece dos caras, haz y
envés, la primera de colores vivaces y alegres en dirección sur-norte y la
contraria, envés, más neutra, dejando mostrar únicamente el leve reflejo tonal. |
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La cualidad principal de disponer de una piel invariante en el tiempo, es la
flexibilidad con que los edificios contenidos dentro de la ésta
Pueden transformarse sin variar la imagen de la ciudad a lo largo de los años.
Una vez traspasado el filtro o celosía, una galería longitudinal da acceso a
cada uno de los edificios terciarios. Es un lugar fresco en verano y
resguardado en invierno, convirtiéndose en la línea vertebradora de relación
social y conector visual de toda la actuación. El sol en invierno se filtra y
penetra hasta el interior, mientras que en verano las grandes lamas la
protegen y la refrescan. |
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Las costillas que forman la celosía de fachada son especialmente
conformadas en acero con geometría variable según las altimetrías
definitivas y variables de cada edificio que envuelven.
Son éstas la estructura principal de todo el edificio. Se comportan
como pórticos biapoyados de los que descuelgan las losas de forjado
para salvar las grandes luces. Puntualmente están ancladas a los
frentes de forjado para rigidizar el sistema.
Su sección de módulo base es de 1000x150 mm conformados mediante
chapones soldados.
Según el despiece geométrico elegido, existen siete tipos de lamas
distintas, con superficies útiles variables.
Los soportes estructurales se sitúan cada 2,70 metros, mientras que
las intermedias cumplen la función estricta de cerramiento. |
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